El Centro de Desarrollo Integral para Adolescentes y Jóvenes CEDIPAJ, ubicado en la zona sur de la ciudad de Cochabamba (Bolivia), proyecto ejecutado por la ONG Taller Cultural TINKU y co-financiado por la ONGD Proyecto Solidario y la Junta de Andalucía (España), posee una biblioteca física y virtual, donde los beneficiarios acceden a apoyo en la elaboración de sus trabajos de diversa índole (investigación, etc) y a un cuidado servicio de préstamo de obras. Con el transcurso de los meses, el biblitecario Carlos Arce Moreno estimó conveniente y necesaria la creación de un Club de Lectura, donde compartir con los beneficiarios la obra de diversos autores y géneros, propuesta que fue cálidamente acogida por los beneficiarios, que acuden a él semanalmente. Más tarde, en colaboración con Carlos Maroto Guerola, cooperante de la Junta de Castilla-La Mancha (España), fue creado el Taller de Literatura Creativa "Adela Zamudio" que ha dado muy provechosos frutos provenientes de jóvenes de edades comprendidas entre 12 y 22 años. Este blog tiene como intención publicar y promover las obras creadas por ellos, para que encuentren a través de la literatura todo aquello que busquen, y sientan un refugio en sí mismos y en su capacidad de crear.

lunes, 28 de septiembre de 2009

Taller de literatura creativa "Adela Zamudio": Sesión 2 - Cuento boliviano

Tras una sesión dedicada a narraciones tradicionales bolivianas en la que se llevó a cabo la lectura de La leyenda de la coca en la versión de Antonio Diaz Villamil, cuyos resultados productivos no fueron muy exitosos, puesto que se propuso una actividad una actividad de creación literaria colectiva, realizamos una segunda sesión, dedicada al género cuento boliviano. En ella, leímos un texto de Oscar Cerruto, titulado La estrella de agua del libro de cuentos Cerco de penumbras, y otro de Edmundo Paz Soldán, titulado La puerta cerrada del libro de cuentos Amores imperfectos. En esta sesión, propusimos que los alumnos crearan cuentos individuales a partir de tres parámetros: la imagen de un personaje, la imagen de un paisaje y una fecha. Éstos fueron los resultados:










AÑO: 100.000 d.C.

LA MISIÓN

Recuerdo sus ojos como mirando el encanto.
Se retiró al desierto para limpiar su alma de cien mil años de decadencia de la raza humana, luego del advenimiento del que pudo haber sido su redentor.
Se marchó sola sobre un camello para poder hacer frente a la vastedad de arena, sol y viento que es el desierto.
Cuando retornó, sus ojos, su rostro, y sus manos habían recuperado la inocencia del primer ser humano y el amor empezaba a renacer.
Esta vez no era ni Zarasthustra ni Jesús, era ella. Y sabía que tenía que cumplir una misión: enarbolar la bandera de un nuevo comienzo.

Carlos Arce Moreno














AÑO: 2.152 d.C.

¿POR QUÉ SURGIÓ?

2.152 D.C. época donde todo lo pasado se había ido hacia la destrucción. Desde la caída de la Luna nada fue igual, el mundo quedó en la destrucción completa. Sólo una parte de China se había salvado, “la sala gemela”, donde se decía que estuvo Buda, quizás porque estaba cubierta por una capa magnética, algo inexplicable que la protegió.
Tras este desastre, el planeta entero se fue dividiendo en dos polos, en los cuales habitaban dos especies completamente diferentes: en la superficie se encontraban “los de la luz”, que podían vivir en casas encima de las inmensas rocas con un paisaje lleno de reflejos por el agua que existía en los alrededores; y “los de la oscuridad”, quienes por el desastre quedaron completamente deformados, con la tez seca. Además, a consecuencia de este cambio en su aspecto físico, también fueron cambiando psicológicamente.
La sala gemela, dominada por un joven de la luz, vale decir, el hombre más cercano a Dios, era guiada desde arriba y éste lo podía ver todo con una gran psicosinesis, tanto así que vio lo que estaba por venir, un enfrentamiento entre ambas especies.
Asi los preparó a todos los de la luz para que pudieran defenderse. Los de la oscuridad dieron el golpe, al surgir del fondo, quienes, con armas que habían guardado desde la caída de la Luna, atacaron para hacer un mundo dominado por ellos.
Se dio un enfrentamiento cruel y sin tregua, hasta el extremo de que los de la oscuridad usaron la pólvora, la cual fueron esparciendo por los hogares ubicados encima de las inmensas rocas.
Armas, fuego, gritos juntándose en uno fueron vistos por el joven que, a continuación, fueron tapadas por una luz tan intensa como los rayos del sol.
Nadie sabe qué pasó, ni se sabe de dónde vino esa luz, pues sólo se vio a aquel joven surgir de en medio de todo ese resplandor.

Raquel Liz Foronda Olivera














AÑO: 800 d.C.

EN BUSCA DE LA LIBERTAD

Ya era el año 800 D.C. y al amanecer del día sábado, una joven muy hermosa caminaba sin fin por las calles de Roma. Bellonices, así se llamaba la joven, pertenecía a la clase alta. Sus padres eran los reyes de Roma. Eran de aquellos que no querían que ninguno de sus hijos tuviera amistades con las otras personas que eran de clase baja o media. Según el padre de ella, todo tenía que ir según el nivel de su vida social.
Bellonices, cansada de que todos los días sus padres le repitieran la misma historia, se salió del castillo, y fue caminando sin rumbo por las calles de Roma.
Cuando pasó por una calle, veía cómo la gente pobre vivía con frío, hambre, con ropa vieja y, lo peor de todo, veía la realidad que vivía la gente fuera del hermoso, perfecto, y amueblado castillo. Esas personas no tenían un techo bajo el que dormir. Pasó corriendo por esa calle y en la siguiente vio a las peores personas que sin piedad maltrataban a otras personas, llevaban a trabajar a los ancianos, y, lo peor de todo, les robaban su libertad.
De regreso al castillo, Bellonices, fue con la intención de marcharse, porque ya no aguantaba más el encierro, la soledad la estaba matando. Al instante, se encontró con su padre, y le dijo: “¡Por todo el oro del mundo que tu ofreces por tu familia y no por los demás, me enseñaste a ver la realidad! ¡Déjate ayudar y déjame ayudar a los demás!”
Su padre muy tarde se dio cuenta que no todo se trataba del poder, sino también del querer.

Lilí Castellón Pérez












AÑO: 1985 d.C.

EL SOLITARIO

Pablito vivía muy feliz porque tenía todo lo que uno puede desear: un padre, una madre y hermanos. Pero un día, muy de madrugada, decidió salir de su casa a un lugar muy lejano para ver qué cosas podía encontrar, y se encontró con una persona muy extraña. Tenía los mismos rasgos físicos pero era de una estatura muy, pero muy grande. Se asustaron ambos. Luego el gigante se animó a preguntar al niño en miniatura, que igual era una persona. Le dijo: “¿De dónde eres? porque nunca había visto a alguien como tú, tan pequeño.” Y el pequeño le respondió: “Yo soy de Ura Pujyu.” “¿Dónde queda eso?”, dijo el gigante. “No sé, creo que me olvidé de dónde queda de tanto susto”, dijo el pequeñín. Después el gigante pensó, y decidió llevárselo a su pueblo.
Pero en el pueblo del gigante todos eran gigantes, y con diferentes culturas, y Pablito empezó a sentirse solo. Empezó a salirse al campo, a los montes y selvas. Así, poco a poco, se fue alejando de Machu Pichu, donde vivían los gigantes.
Tanto miedo tenía a los gigantes, que decidió irse definitivamente de la ciudad. A Pablito el parecía mejor vivir solo que en terror. Así, se quedó a vivir en el monte desconocido, poco a poco se acostumbró y viviendo tan solo, como un animalito de la selva, hasta se olvidó de hablar. Así, Pablito, convertido en un animal salvaje, vivió solo hasta los últimos días de su vida.

María Soto Inturias













AÑO: 1789 D.C.

SOCIEDAD

María del Pilar, así se llamaba la mujer que más amé. Era bella, sus cabellos eran café claro; sus ojos, cafecitos como la miel; su boca, como una rosa. Era una persona muy dulce. Ella quería volar cual mariposa o como un ángel, al cual se parecía mucho.
Cuando estaba con ella, no le importaba nada. Todo mi mundo se tornaba sólo en ella. Estar con ella era como estar en el cielo. A veces pienso que mi pecado fue encontrarla en mi camino, y tal vez más el suyo.
Yo trabajaba, quería superarme. Sí, claro, como si la sociedad me lo permitiera. Yo no pedía limosna, sino que ganaba mi dinero honradamente, y sólo pensaba en superarme para darle a ella, a mi mariposa, lo mejor, y hacerla una mujer de bien, tratarla como a una reina, pero otra vez aparece ese dedo señalador de la sociedad, una sociedad envidiosa que no deja que las personas rían de felicidad o se superen.
No sé por qué cuando pedí la mano de mi mariposa, me rechazaron, y salió el dedo de la sociedad, y me alejaron de mi mariposa.
Ella no resistió y se fue mi mariposa, voló, voló, cual mariposa va en busca de flores. Yo sé que ella me quería. No sé por qué se alejó de mí. Miro al cielo y quisiera irme, pero no me atrevo a sacar mis alas. Tengo la esperanza de, algún día, volverme a encontrar con ella, lejos de los dedos señaladores de esta sociedad envidiosa.

Rocío Vargas Villarroel











AÑO 2009 D.C.

NADA ES PARA SIEMPRE


Esta historia que voy a contar pasó en un pueblo muy pequeño cerca de París. Se trata de Santiago, un niño común y corriente, con la única diferencia de que no tenía padre. El porqué no tenía padre es por…
Una mañana, Santiago salió con su familia, pues lo hacían una vez a la semana. Esta vez, toda la familia iba en dos autos camino al teatro. El teatro era muy interesante, pues era una obra sobre algunos pintores famosos y escritores de novelas muy sobresalientes, como William Shakespeare, con su obra Romeo y Julieta, Miguel de Cervantes y Saavedra con su novela El hidalgo Don Quijote de la Mancha, entre muchos otros. A Santiago le gustó mucho y decidió quedarse un momento más con su mamá. Toda la familia se fue a su trabajo o casa.
Santiago y su mamá fueron a su casa y en el camino encontraron un auto que estaba hecho pedazos, con muchas personas alrededor. La mamá fue a ver con Santiago, mientras tanto, sacaban el cuerpo del conductor, pues iba solo. Santiago lo vio y al instante lo reconoció. Era su padre quien se encontraba allí. Su padre había muerto en el auto por razones que nadie puede explicar hasta ahora. Desde entonces Santiago ya no fue el mismo. Estuvo completamente aislado, entre libros, y su mamá no pudo hacer nada para su mejoría.
En el año 2009 D.C., Santiago conoció a una muchacha muy buena llamada Sol. Ella fue quien lo ayudó a salir de esa depresión tan grande que lo aislaba.
Ya después de un año la madre de Santiago murió, pues tenía una enfermedad desconocida. Santiago se puso triste, él comprendió que en la vida nada es para siempre.

Giancarla Foronda Olivera

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